Como cada fin de año, la llegada de las fiestas reaviva la Campaña «Bahía sin Pirotecnia», que aboga por un cambio de hábitos en el modo de celebrar, que no tenga impacto negativo sobre ningún grupo social.

La iniciativa es llevada adelante por el Comité de Autismo de Bahía Blanca, entidad compuesta por diferentes grupos, organizaciones, trabajadores y trabajadoras, padres y madres que abordan los trastornos del espectro del autismo, con actividades de prevención y asistencia.

La referente Pamela Moya explicó que “la Campaña busca generar conciencia de cómo afecta la pirotecnia. En nuestro caso particular, a las personas con autismo, pero sabemos que también afecta a quienes tienen Alzheimer, adultos mayores, personas con hipersensibilidad auditiva y animales. Además, de las consecuencias que tiene de contaminación del ambiente”.

“En función de esta conciencia, lo que buscamos es que la gente decida pasar las fiestas sin usar pirotecnia. Que cambiemos un poco el hábito del festejo, para que sea más familiar”, indicó.

El fruto de la Campaña

Si bien hace cinco años que en la ciudad se lucha por una Bahía Sin Pirotecnia, hace dos que el Municipio comenzó a sumarse, realizando campañas de difusión en los medios de comunicación.  

Moya, en diálogo con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios, afirmó que “ese apoyo está bueno porque, si bien hay una prohibición, sabemos que la gente usa pirotecnia igual. La idea es tratar de llevar la conciencia para que no se utilice, más que la prohibición de la compra o la comercialización”.

Para las personas que sufren los efectos de los explosivos, las reacciones van desde estrés y ansiedad, convulsiones, autolesiones y un estado de nerviosismo que persiste por varios días.

Sobre la disminución del uso de explosivos, expresó que, luego de años de trabajo, “hay una tendencia, sobre todo en los más chicos, de tomar más conciencia, y empiezan a pedir no usarla. También la cuestión económica tiene mucho que ver”.

“Las reacciones varían mucho, pero en principio genera un retroceso en cómo la persona está regulada. Días después, las familias siguen notando malestar, y eso genera consecuencias para la persona y la familia. Si la gente entendiera realmente lo que pasan, no se utilizaría más la pirotecnia”, afirmó la referente, y explicó que actualmente hay muchos tratamientos que se pueden hacer para mejorar la calidad de vida de las personas que están dentro del espectro autista, situación que puede detectarse a partir de los 18 meses de vida.  

La alternativa, indicó Moya, es la pirotecnia lumínica, que genera el show de luces, sin los ruidos y explosiones de la usada tradicionalmente.

En este sentido, el jueves 24 de diciembre, la Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales (Caefa) y el Sindicato Único de Empleados de la Industria de la Pirotecnia y Afines (Sueipa), acordaron eliminar la fabricación de bombas y petardos de suelo y proyectan comenzar la producción de pirotecnia que no genere hipersensibilidad sonora.