Con el desarrollo de diez hectáreas destinadas a la plantación de robles, impulsan la producción de trufas, conocidas como el “oro negro” de la gastronomía, con un alto valor comercial.

La trufa es un raro hongo comestible de color negruzco, que crece bajo tierra cerca de los robledales, cuyo sabor exquisito lo convierte en un ingrediente gourmet muy apreciado en la gastronomía internacional.

Un aprecio inversamente proporcional a la oferta, por lo que unos pocos gramos alcanzan precios exorbitantes y eso justifica sobradamente que se lo llame “oro negro”.

Hacia esos posibles beneficios ha apuntado el gobierno provincial rionegrino -a través de Río Negro Fiduciaria-, que para obtenerlos destinará 300 mil pesos por hectárea para un total de diez destinadas a la plantación de robles y del codiciado hongo.

La idea originalmente fue llevada al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Río Negro por Humberto Castro, un productor de la ciudad de Choele Choel, que hace ocho años plantó robles con el propósito de producir trufas e invitó a ver cómo trabaja su suelo y realiza su cosecha.

Esa visita derivó en otra a la primera trufera argentina sita en Coronel Suárez y según el ministro Alberto Diomedi, “a partir de ahí armamos un programa para financiar diez hectáreas de plantación de robles para la producción de trufas. Lo mínimo va a ser media hectárea y lo máximo una hectárea por productor”.

Proyecto ambicioso, que tendrá su puntapié inicial en la primera quincena de agosto con una charla técnica en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), de la ciudad de Luís Beltrán.

Fuente: Prensa oficial Provincia de Río Negro.