En el marco de la conmemoración del décimo aniversario de la audiencia pública en la que vecinos, vecinas y diferentes agrupaciones sociales y ambientales alzaron su voz para oponerse al proyecto del dragado en el estuario de Bahía Blanca, se convocó a una reunión para rememorar y afianzar la lucha por el medio ambiente.

La iniciativa para el «No al dragado, sí a la vida» surgió en mayo del 2011, a partir de la posibilidad de realización de un proyecto para instalar una planta regasificadora en la parte interna del estuario, para destinarlo a industrias.

A partir de entonces, científicos y científicas de la Universidad Nacional del Sur, la Universidad Tecnológica Nacional, IADO, Conicet, estudiantes, asociaciones conservacionistas, grupos políticos, y vecinos y vecinas comenzaron a indagar sobre el tema, y el impacto que tendría en el medio ambiente.

“La respuesta social fue variada. Al inicio era difícil porque no había mucha información, así que se hizo un trabajo arduo de concientización. A partir de la instalación del Polo Petroquímico se comenzó a desconocer el estuario, mucha gente no sabía que estaba ahí, no conocía las especies. En Cerri estaban mucho más en contacto con ese ambiente. Al principio fue complicado porque los medios de comunicación hegemónicos no ayudaban en la difusión, pero cada vez había más información y se sumó mucha más gente”, contó la Productora Agropecuaria y técnica en Medio Ambiente, Evangelina Lasala.

En ese contexto, el 16 de noviembre de 2011 se realizó una audiencia pública. Instancia en la cual la empresa y el gobierno municipal y provincial presentaron el proyecto, y escucharon las inquietudes y respuestas de la comunidad.

“Fue muy significativa, y quedo constancia de que la gente no quería aceptar ese proyecto, bajo la consigna ‘no al dragado, sí a la vida’: lo que se quería era generar puestos de trabajo de otra manera, y no a expensas de la contaminación y deterioro de un ambiente”, contó Lasala, en comunicación con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios.

A diez años de la audiencia, las organizaciones se unieron en la Plaza Central de Cerri para conmemorar la lucha, se escucharon relatos de vecinos y vecinas que participaron de la jornada y recordaron el emblemático movimiento.

La referente afirmó que “fue motivo de encuentro y de reafirmar lo que es la protección del ambiente. No solamente de este ambiente puntual, sino tener otro tipo de vínculo con la naturaleza, de producir de una manera en la que no genere un impacto negativo hacia el ambiente”.

El camino por delante

“Las luchas ambientales se van reconvirtiendo, nunca se terminan. Es necesario apuntar esto, y recordar que hay jóvenes que están muy movilizados por la cuestión del clima. Luchar sirve, hay que poder salir a expresar lo que la comunidad quiere en cada territorio, y que podamos decidir qué pasa”, postuló, y remarcó que “falta mucho para seguir construyendo este vínculo con el estuario de Bahía Blanca, falta seguir apostando al ecoturismo, pero el estado actual del estuario es que ese área tan delicada, no se tocó”.

Asimismo, durante el encuentro se expuso un nuevo proyecto del Municipio de Villarino a partir del cual se pretende hacer una toma de agua del río Sauce Chico, uno de los cuerpos de agua que desemboca en el estuario, para dotar del recurso a la población.

“Hay mucha preocupación porque se demostró que el estudio de impacto ambiental es deficiente, no hay mucha información sobre cómo impactaría al estuario, ni a las producciones del cinturón hortícola que tenemos en la localidad de Cerri”, evaluó Lasala.

“Hace diez años se frenó un proyecto que iba a ser devastador para este ambiente, no solamente en cuestión naturaleza, sino en lo cultural, social, político y económico. Hoy, diez años después, siguen habiendo este tipo de proyectos que generarían un impacto negativo en el estuario, y otra vez no tenemos información, no hubo una difusión del tema. Es importante que los vecinas y vecinas sigan comprometidas en estas cuestiones, para seguir defendiendo el ambiente”, concluyó.