En una extraña maniobra judicial, el inmueble de la Cooperativa de Trabajo La Litoraleña estuvo al borde de ser subastado. Momentos de angustia para sus trabajadores.
El Juzgado Civil N° 51, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, había puesto fecha de remate para el martes 28 de agosto del edificio en el que trabajan más de cincuenta asociados a la cooperativa, allí donde están todos las maquinarias. Fue ante la presentación ante sede judicial de un supuesto acreedor del ex dueño de la fábrica, Rodolfo Conti.
Mediante un comunicado, la Cooperativa explicó la situación que atravesaban y convocó a la comunidad a solidarizarse y participar de una manifestación en las puertas del inmueble para impedir la segunda exhibición ordenada por el juzgado. “El viernes 24 de agosto se presentó una oficial de justicia en la planta para mostrar a los supuestos compradores el inmueble y nos opusimos a su entrada, a lo que siguió una denuncia policial y momentos de tensión”, dice el comunicado.
En la mañana del lunes 27 de agosto, en Girardot 345, se respiraba lucha y resistencia. Los compañeros de la empresa social seguían con su rutina habitual, estaban cocinando prepizzas y empacando la última tanda de tapas para empanadas para su comercialización. Mientras que esperaban la visita del juzgado, decenas de personas se acercaron para impedir que nadie entrara por la puerta, de manera que los trabajadores pudieran seguir ejerciendo su derecho laboral.
El tiempo que tenían para intentar acceder a la fábrica era de 11 a 13 hs., pero entre aplausos y cánticos de unidad, la espera se hizo corta y la tensión también. Nadie pudo acceder al inmueble, sin embargo esto no fue un impedimento para que quedara sin efecto la subasta, ya que se efectuaría al día siguiente.
Para sorpresa de muchos, el desenlace fue diferente. Durante las primeras horas del martes, supieron que la subasta había quedado sin efectos. Los trabajadores se hicieron presentes en la Liga de Rematadores, en el barrio porteño de Almagro, y ahí fue comunicado oficialmente. Luis Baini, presidente de La Litoraleña, expresó: “Hoy vinimos porque supuestamente se iba a hacer la subasta del inmueble de Girardot 345, pero en las primeras horas de la mañana nuestro abogado, Ataliva Dinani, nos comunicó que está suspendido el remate hasta mayo del 2019”. Contento por una batalla más que ganan, agradeció a todos y todas por la presencia: “Muchas gracias a la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados Ltda (Facta) y a la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) que nos acompañaron a todos los compañeros y compañeras. La unidad hace la fuerza. Pudimos enfrentar esto, otra vez tuvimos un revés de la justicia pero lo pudimos pasar”.
Ante la pregunta por el desafío de los y las trabajadoras autogestionados en medio de la crisis económica que atraviesa el país, enfatiza que hay que seguir por el camino de “la organización y la unidad para continuar en la lucha” y continuar en estado de alerta porque es un tiempo en el que se viven permanentes situaciones de vulnerabilidad de derechos.
La Cooperativa de Trabajo La Litoraleña es una empresa autogestionada que fabrica tapas de empanadas y que, tras ser recuperada por sus trabajadores, hasta el día de la fecha funciona como cooperativa con más de 50 asociados. En el año 2016 obtuvieron su matrícula.
Actualmente, sus asociados pagan el alquiler por la explotación de los bienes y para continuar trabajando hasta mayo de 2019, fecha en que el juzgado comercial N° 18 les diera autorización, hasta tanto se sustancie todo el expediente de quiebra de la firma.
Fuentes: Prensa CNCT.