El centenario periódico El Correo de Firmat, luego de convertirse en una empresa cooperativa autogestionada, se afianza en el proyecto de fortalecer su edición de papel y ampliar su llegada en la web para la información de esa ciudad y localidades vecinas.
Entre los avatares de su época, allá por principios del siglo XX, los fundadores del periódico El Correo de Firmat ¿habrán avizorado que cien años más tarde seguiría vigente y en manos de sus propios trabajadores? Desde que los descendientes de los pioneros del medio de prensa decidieron a mediados del año pasado retirarse del gerenciamiento, un grupo de empleados tomó la posta y se hizo cargo a través de una cooperativa para intentar recuperar la empresa. A más de seis meses de iniciado aquel cambio, el proyecto toma impulso y ya es parte de los emprendimientos autogestivos que dan pelea y resisten una tendencia nacional de destrucción masiva de fuentes de trabajo.
Firmat, ubicada en el departamento General López, a 110 kilómetros de Rosario, conocida como la Capital Provincial de la Maquinaria Agrícola, tiene desde el año pasado un nuevo emprendimiento autogestivo y es nada menos que su medio de prensa más entrañable. El Correo nació casi con la villa, en 1914, solo 26 años después de la fundación del pueblo, cuando dos inmigrantes españoles de militancia socialista, dueños de la imprenta Casa Toscano, decidieron publicar el primer diario, al que se sumó después Juan Alfredo López Jacob, otro socialista que venía desde Pergamino.
Mariano Carreras se desempeña en el El Correo desde hace 15 años y es uno de los periodistas que conformaron la cooperativa para darle continuidad al medio. Cuenta con mucho entusiasmo a El Eslabón cómo fue el desafío que encara junto a sus colegas (Lisandro Carrobé, Manuel Carreras, Julieta Martínez, Estefanía Gutiérrez y Elías Ferreyra) y dice que son conscientes de que se trata de una jugada difícil. Pero, a la vez, reafirma que el grupo tiene un convencimiento profundo sobre el camino que tomaron, aún en un contexto complicado. “La situación está muy delicada en todo el país y Firmat no es la excepción, es de público conocimiento que no es bueno el presente de la industria más importante que tiene la ciudad que es Vassalli, la fábrica de cosechadoras histórica en todo el país. Y esto impacta en toda la comunidad, porque nosotros decimos que es uno de sus pulmones, cuando Vassalli no anda bien genera dificultades en una parte importante de la ciudad en lo económico pero también en lo anímico”, destaca el periodista.
“Por eso, nosotros estamos llevando adelante este proyecto cooperativo en un escenario complejo, no es un escenario sencillo sobre todo para el sector del trabajo”, comenta y destaca: “Estamos aprendiendo. Con la cooperativa nos hemos encontrado con una manera de trabajar y de sostener este medio que hoy por hoy, a pesar de las dificultades, nos hace sentir orgullosos”.
– Apostaron a la autogestión para salvar un medio tradicional y también para recuperar los puestos de trabajo ¿Cómo fue ese proceso?
– El Correo tiene 103 años de vida, este año va a cumplir 104. A lo largo de su historia tiene que ver con una familia propietaria que estuvo a cargo del medio pero que a mediados del año pasado tomó la desición de no continuar. Fue por distintas circunstancias que tenían que ver con la coyuntura económica y, a la vez, por cuestiones personales. Y ahí empieza un proceso de diálogo, a ver qué hacíamos, cómo continuábamos si el diario cerraba. Nos parecía que era un medio muy importante porque es como una institución. El Correo es un registro histórico de Firmat y la zona, y que la ciudad se quedara sin su presencia era una pérdida importante por lo que representa para todos los firmatenses, además de que era nuestra fuente de trabajo y que queríamos preservarla.
Entonces empezamos una instancia de búsqueda de alternativas y ahí emergió la opción de armar una cooperativa de trabajo. Empezamos a averiguar sobre cooperativas de trabajo ligadas a los medios de comunicación y uno de los acercamientos fue a La Masa con (su presidente) Manolo Robles, que fue muy importante en este proceso porque nos motivó y nos mostró las oportunidades que había.
Nosotros no conocíamos nada y teníamos muchos temores de lo que podía significar una autogestión. Además, algunas personas por fuera del mundo cooperativo desdeñaban de la idea y nos sugerían que no lo hagamos. Sin embargo, empezamos a tener otra mirada y otro horizonte gracias a estas charlas. Ahí, nos acercamos al ministerio de Producción de la provincia de Santa Fe, que fue otro aliado importante en este camino para facilitarnos transitar las distintas etapas que tiene la conformación de una empresa recuperada, de una empresa cooperativa. Y así se fueron sumando por ejemplo el Estado local, que también nos acompañó, profesionales, como es el caso del abogado Miguel Buljubasich, quien trabaja con la cooperativa textil de Carreras y empezó a trabajar con nosotros y fue vital en ese proceso de conformación. Como así también el contador Vladimir Martinich, quien empezó a formarse él mismo en el tema y asumió también el compromiso de ser parte de este proceso. Y claro, nosotros mismos, que comenzamos a aprender cómo es trabajar de manera cooperativa, cómo es esto de tener muchas responsabilidades, de ser parte de un todo y que cada uno tiene que sumar lo suyo para que la rueda gire.
– ¿Cómo impactó este cambio entre los firmatenses?
– Al principio, fue recibido con sorpresa por la comunidad el que ya no sea la familia tradicional la que lleve adelante y que se hagan cargo los trabajadores en formato cooperativa. Eso sorprendió a la comunidad y a los vecinos, pero inmediatamente se transformó en una cuestión positiva y nos sentimos respaldados. Muchos se alegraron de este nuevo proceso y que estuviésemos nosotros, los trabajadores, al frente del mismo. Así fuimos obteniendo el respaldo de las instituciones y empresas de la ciudad.
– Esto recién empieza pero ¿cómo se encuentran a seis meses de haber arrancado?
– Estamos muy contentos y muy felices porque de a poco vamos avanzando y se van cumpliendo las metas y los anhelos que nos hemos puestos. Creemos que esta forma de trabajar es muy atinada, muy digna, muy justa, y promueve el trabajo en equipo. Estamos entusiasmados para que este medio tenga larga vida y para que en esta zona también empiece a verse que la labor cooperativa es una oportunidad valiosa, que puede no sólo mantener una fuente laboral sino que puede hacerla más digna e incluso hasta mejorarla.
– Estamos en una época en la que los diarios y periódicos en papel están en competencia con el mundo digital y no les está yendo bien. ¿Cómo encaran ustedes este tema?
– Nosotros tenemos, en este sentido, dos líneas, Por un lado consideramos que el papel todavía tiene un margen de lectores, sobre todo en nuestro caso porque se trata de un medio tradicional de la ciudad que es semanario y que por distintas circunstancias quizá muchos vecinos dejaron de recibirlo y que hoy están dispuestos a volver a suscribirse. Entonces, estamos trabajando para que muchos vuelvan a recibir el periódico en sus casas como lo hacían tradicionalmente y en eso estamos poniendo mucha atención incluso en el tema de los contenidos, profundizando temas y tratando de captar cuáles son los intereses de los vecinos de esta comunidad y de las localidades de la región. Queremos fortalecer la edición de papel.
Y por otro lado, están las nuevas tecnologías y también es nuestra intención tener una presencia fuerte en la web y expandirnos por las redes sociales. Estamos trabajando sobre eso, en darle una dinámica diaria a nuestra página web, queremos hacer un diario digital. Pero eso es un trabajo y un proceso que estamos construyendo, con la idea de irle sumando herramientas, de mejorar el soporte digital, de avanzar en lo que hace a la comunicación audiovisual. Pero todo paso a paso, y estableciendo distintos proyectos a corto, medio y largo plazo.
Fuente: El Eslabón (Rosario, Provincia de Santa Fe), producido por Cooperativa de Trabajo La Masa, asociada a la Federación Fadiccra.