Las efemérides mundiales forman parte del tejido de la identidad colectiva, por lo que podrían considerarse componentes del patrimonio cultural de todos y todas. En ese marco, el 10 de octubre fue el Día Mundial de la Salud Mental, fecha que busca concientizar a la población, reducir el estigma asociado a los padecimientos que le atañen y promover la búsqueda de ayuda.

La decisión de cuidar la salud mental, implica reconocer que el bienestar emocional es tan importante como la salud física, y que hablar abiertamente sobre ello puede abrir puertas a un mundo de posibilidades. Asimismo, encontrar espacios acogedores y profesionales comprometidos, como la psicóloga Paloma Legal, M.P. 2377, es fundamental para iniciar aquel camino hacia una vida más plena y satisfactoria.

“Salud mental, no es un concepto cerrado, ni creo que sea definible, pero sí considero que hay cosas que la estructuran. En definiciones básicas, se trata de un estado de bienestar. Pero creo que estamos muy bombardeados por estos conceptos que a veces son medio inalcanzables. Para mí, la salud mental es la posibilidad de elegir, de acceder a oportunidades; de conocerse en función a las propias necesidades para poder pedir ayuda o aceptarla”, explicó la profesional.

Además, se trata de un asunto dinámico. “Uno pasa por distintos estados y necesita cosas diferentes. Me parece que atender a la salud mental tiene que ver con eso, con ver qué precisamos en determinados momentos de la vida. De hecho, hoy en día, gracias a la información que circula y a un montón de profesionales que se especializan en áreas particulares, se puede acceder a espacios y terapeutas diversos. Nunca es ni muy temprano, ni muy tarde para atender la salud mental”, afirmó.  

Guías para romper tabúes

En Argentina hay una Ley Nacional de Salud Mental, la N° 26.657, desde el año 2013. “Nos ofrece un marco legal para poder pensar. También existe una ley de derechos del consultante que un poco nos instruye en cuanto a lo que podemos esperar como usuarios de salud mental. Por ejemplo, según esta ley, se deben reformular un montón de conceptos, como ‘consultante’ o ‘usuario de salud mental’, en lugar de ‘paciente’. Muchas medida tienen que ver con desestigmatizar un poco el tema. Está bueno saber que existen documentos y un marco legal para todo esto”, detalló.

Sin embargo, y aunque los datos y documentos circulan, todavía falta. “Los padecimientos en salud mental aún se miran desde un posicionamiento fuera de la norma. Es decir, la persona que padece alguna cuestión todavía es vista con cierta extrañeza o juicio, entonces eso un poco retroalimenta el estigma de hablar de lo que nos pasa. Y, en cuanto a la información, hay tanto disponible que muchas veces se piensa que tal cosa ‘nos pasa a todos’”, contó.

“Alguien dice: ‘Estoy sufriendo ansiedad’. Es verdad, todas las personas tenemos ansiedad en distintos grados pero cuando empieza a afectar áreas significativas de la vida, cuando aparece con una frecuencia, con una intensidad mayor al resto de las personas, o para vos mismo es una cosa desajustada, es el momento de consultar. No hay nadie mejor que uno para detectar cuando algo no anda muy bien. Y como no es fácil pedir ayuda, creo que poder brindar oportunidades a nivel sociedad, a nivel instituciones, es una gran invitación a que la persona se anime a preguntar”.

En el otro extremo, dudar de lo que se siente o pensar que se exagera también es una posibilidad. “La gente invalida lo que le pasa. Por eso, sirve hacer el ejercicio de establecer una analogía con la salud física. Por ejemplo, si voy caminando, me tropiezo, me caigo y se me empieza a hinchar la muñeca y me duele, probablemente no dudaría en ir al médico porque vi lo que me pasó. A veces, pensarlo así ayuda a validar eso que aparece y puede ser muy, muy abrumador”, dijo.

Sanar desde adentro

En el caso particular de Paloma, sus consultantes han llegado tanto a causa de una molestia o dolor, como cegados por una sensación de insatisfacción. “No todos los malestares son problemas psicológicos. Uno puede acercarse a terapia por una cuestión de proyectos de vida o vocacional; y no todas las personas deben ir a terapia. Es una experiencia a la que deberían poder acceder quienes puedan y quieran hacerlo. Planteándolo desde la visión de la cual trabajo, la salud mental también es juntarse con amigos en el sentido de hacer cosas que se disfruten, hagan bien y aporten tranquilidad”, sostuvo.

De hecho, su idea de mantener los encuentros tiene la finalidad de promover la autonomía de las personas. “Es decir que en un momento el consultante no necesite más a su terapeuta. Obviamente que después puede volver, pero se apunta a eso, a generar una agencia, que la persona pueda abogar por sus propias decisiones, por su propia vida, hacer su camino con nuevas herramientas y habilidades para poder manejarse y moverse por la vida”, resaltó.

Con la intención de que la temática no quede aislada en una jornada, y continúe formando parte del cotidiano, la psicóloga bahiense invitó a agudizar el sentido de la escucha. “Hay mucha gente hablando. Opino que estaría buenísimo que se les diera lugar a las personas que padecen distintas cuestiones de salud mental, para que cuenten lo que es vivir con eso. Hay mucha gente que llega a consulta porque dice: ‘Escuché a una chica que hablaba de lo que le pasaba y me di cuenta que es lo que me pasa a mí’. Creo que ahí está lo más poderoso que se puede hacer: Hablar se está hablando un montón. ¿Por qué no empezamos a escuchar?”, finalizó.

Quienes quieran conocer el espacio impulsado y creado por Paloma para brindar información, asesorar o acompañar a cualquier persona que lo requiera, pueden visitar su Instagram o enviar un correo electrónico a: autiasesoria@gmail.com.