La Asociación de Artistas del Sur (AAS) es más que un edificio. Es un legado que ha marcado generaciones, hasta convertirse en un faro de inspiración para artistas y un espacio de encuentro para la comunidad.

Desde sus inicios, ha sido un sitio donde se cultiva el espíritu inventivo, se fomentan las nuevas ideas, se celebra la diversidad artística y se resguarda una rica historia en arte y cultura. Por eso, en el marco de su aniversario número 85, es imposible no reconocerlo como una parte fundamental del patrimonio bahiense, y como un ámbito donde la creatividad florece.

“Estamos en crecimiento constante. Hay entre 50 y 60 socios, y el espacio se encuentra en condiciones impecables. Nosotros hicimos una reestructuración a pulmón. Pintamos, arreglamos y crecimos hasta el punto en que hoy participamos de ‘La noche de los Museos’. Además, organizamos salones de pequeños formatos, exposiciones y demás actividades todas en nuestro lugar”, dijo la secretaria de la entidad, Claudia Del Port.

La histórica institución, dedicada a la enseñanza de distintas disciplinas artísticas, en la actualidad también brinda talleres para niños, niñas, adolescentes, adultos, adultas y adultos y adultas mayores, de acuarela, arte experimental, pinturas creativas, arte textil, pintura y dibujo de figura humana, taller de escritura creativa, caricatura, dibujo técnico, mosaiquismo y arte digital.

Un viaje en el tiempo

La Asociación de Artista del Sur se fundó el 10 de junio de 1939, por iniciativa de un grupo de amigos y vecinos y vecinas que le daban vida a una peña llamada ‘La Carbonilla’. Con el objetivo de reunirse para bregar por el arte y sus expresiones, comenzaron a brindar talleres para fomentar y compartir con la comunidad todo aquello en lo que creían, y a lo que se dedicaban.

“Obviamente esto se fue promoviendo y se sumaron personas que han sido, y son, personalidades artísticas destacadas bahienses. A su vez, tenía una gran llegada a niños y adolescentes que son los artistas que vemos hoy. Ellos en primera instancia querían difundir la idea de que Bahía Blanca cuenta con un gran esplendor en la parte artística”, explicó. 

La llegada de Claudia a la AAS se dio de la mano de su actual presidente, ilustrador y docente, Guillermo Arena. En el año 2015, cuando ella era su alumna, él le ofreció sumar su taller de arte que contaba con una trayectoria de 15 años. De esa manera, pudo pasar a formar parte del grupo de artistas que trabajan comprometidos y comprometidas con la divulgación del arte, tanto en la ciudad como en la región.

“Para mí el arte es sanador. Es una máxima expresión de nuestras emociones, que fluyen. Doy mosaiquismo para adultos mayores, y lo elegí para incentivar todo lo que es motricidad. La Asociación, me permitió llegar a otro público y otras experiencias como, por ejemplo, haber podido embellecer una parte de la ciudad, como es la UTN de la calle Montevideo, donde hicimos bancos con mosaiquismo. Me abrió muchas puertas y pude conocer toda la veta artística y las exposiciones”, aseguró.

Entre las ambiciones que persiguen los profesores y profesoras que forman parte del espacio, está la intención de llegar a todo tipo de público. “Es importante que conozcan al lugar como patrimonio, como Asociación, como sitio creativo. Nos gustaría también llegar a la parte juvenil e incentivar más a los niños, para impulsar a las nuevas generaciones y que el arte no se pierda. Particularmente, quiero ayudar al adulto mayor a que tenga un día de máxima expresión en lo artístico”, finalizó.

La AAS está en Dorrego 140. Quienes quieran conocer los talleres, seminarios y propuestas que impulsan, pueden visitar su Facebook o Instagram. Además, los y las interesadas pueden asociarse y aprovechar los beneficios que esto otorga.