‘Espacio Infinito’ es un estudio de danzas que surgió como proyecto familiar y continúa por esa línea. Es decir, con el objetivo de hacer sentir el calor de tal lazo tanto entre quienes conforman el equipo de trabajo, como para los y las alumnas que eligen vincularse con la danza desde esta mirada inclusiva y amorosa.

De la mano de la bailarina de danza clásica y contemporánea, y profesora de danza clásica, Florencia Mondora; la bailarina y profesora de danza contemporánea, Martina Gastaldi; la bailarina de danza contemporánea y estudiante de expresión corporal, Victoria Morales; y la bailarina de flamenco, Danila Soler Vigo, la propuesta está destinada a niñas, niños, adolescentes, adultos y adultas que tengan ganas de pasar un momento agradable, sea cual sea la actividad que elijan.

“En la actualidad damos entrenamiento corporal, danza contemporánea, ballet, juegos y coreo, clases de puntas, elongación, danza para adolescentes y flamenco. Laburar con edades diferentes, que a la vez estén en el mismo nivel de conocimiento, es súper enriquecedor. Siempre les digo a las mamás y a los papás que no formo bailarines eximios que luego se irán al ballet del Colón. Como equipo de trabajo nos interesa que la danza esté de la mano con el disfrute; que sea un momento de diversión, donde podamos escucharnos entre todos y todas. ‘Infinito’ trabaja con la información de cada cuerpo e intenta ser un espacio amable para la diversidad de cuerpos y mentes”, comenzó su coordinadora, Florencia Mondora.

Además, de esa oportunidad para hacer vínculos y aprender de gente que no se conocía previamente, es que sale la visión con la que el equipo de trabajo brinda las clases: “La danza es compartir. La excusa es el movimiento, pero lo más importante es compartir con otros y otras eso que estás viviendo y el cuerpo que tenés disponible en ese momento. A mí me encanta compartir con otras cabezas y otras visiones del mundo. Siento que la danza es una manera de habitar el mundo, de verlo”, explicó.

Camino recorrido

Cuando Florencia tenía 6 años, le dijo a su mamá que quería bailar como Barbie en el Cascanueces. Andrea y Pedro, sus padres, quienes siempre la apoyaron en todo, averiguaron en la Escuela de Danzas que podría comenzar recién a los 8 años. Cumplida esa edad comenzó su formación. “Yo era muy tímida y la escuela formó un poco mi personalidad. Hice toda la formación básica que son nueve años, la tecnicatura que son dos años más y después hice el profesorado, que son otros cuatro años. Mi vida de los 8 a los 22 años estuvo adentro de esa institución”, recordó.

Respecto a ‘Infinito’, nació como una idea de su padre. “Cuando en 2018 falleció mi abuelo, él me ofreció poner un estudio de danza en su casa. En ese momento pensé que era una locura, pero con el tiempo la idea me empezó a gustar. Tiramos paredes y organizamos el lugar para que funcionara como espacio. En 2021 lo inauguramos. En los comienzos había clases de juegos, expresión corporal, coreografía, flexibilidad, pilates y danza clásica”, dijo.

Para finalizar, la profesora abrió la posibilidad a que cualquier proyecto pueda sumarse, hizo hincapié en la mirada horizontal de trabajo, donde todos aportan desde sus conocimientos, y le agradeció a su familia el apoyo incondicional. “Este es un proyecto familiar. Mis papás y mi hermano me ayudaron un montón. Siempre dije que quería ser profesora de danza y ellos nunca dudaron que así sería”.

El 30 de mayo, en el Shopping, realizarán la primera clase abierta en la que mostrarán las distintas creaciones y el trabajo que llevan a cabo. Para más información, los y las interesadas pueden visitar el Facebook o Instagram, comunicarse al WhatsApp 2914407481 o acercarse a Alberti 567.