Plantar jardines verticales para acercar la naturaleza y sus beneficios ambientales.

Especialistas del Instituto nacional de tecnología agropecuaria (INTA) dieron pautas sobre la incorporación de muros verdes en entornos urbanos, ya que estos espacios pueden mitigar el calor y el ruido y atraer vida silvestre, además de dar sensación armonía a las personas.

El crecimiento de las ciudades demanda conciliar la infraestructura edilicia con las plantas y según la investigadora del Instituto de Floricultura del INTA Castelar, Paula Leva: “Las paredes naturadas, muros verdes o jardines verticales son una solución creativa para mejorar la estética de espacios exteriores o interiores, especialmente en entornos urbanos, donde el espacio verde horizontal es limitado”.

Por su parte, el especialista del Instituto de Floricultura del INTA Castelar, Santiago Stancanelli, afirmó: “La selección de especies para jardines verticales dependerá de factores como las condiciones ambientales a las que estarán expuestas, el diseño del jardín y la disponibilidad en los viveros”.

Entre las plantas más usadas están los cubresuelos, los helechos y las herbáceas florales -Plectranthus, Tradescantia, Pelargonium, Asparagus, Chlorophytum-, aunque en el INTA trabajan en sumar especies nativas que se adapten al crecimiento vertical y diferentes condiciones de luz.

Pueden realizarse con sistemas hidropónicos –sin suelo-, que se riegan con una solución acuosa que nutre y mantiene húmeda la superficie según los requerimientos de las especies implantadas o con sistemas de sustrato – principalmente turba y compost- para nutrir y mantener la humedad de las raíces.

La elección entre hidroponía o sustrato dependerá de factores como la disponibilidad de agua, presupuesto o del mantenimiento necesario, pero su cuidado es similar al de un jardín horizontal común, con control de riego y plagas, fertilización y  poda para mantener la forma.