Un patrimonio está constituido por bienes materiales o inmateriales, que forman parte de lo común, de lo compartido, de lo público, de lo que es de todos. Y eso es lo que representa el Coro de Niños y Niñas de la ciudad, un espacio para que pequeños y pequeñas coreutas aprendan e interpreten obras de distintos géneros y estilos.

Creado en 1997, lo que lo hace el más antiguo de los coros municipales, el año pasado contó con la participación de unos 20 chicos y chicas de entre 7 y 13 años. Bajo la dirección de la profesora de Educación Musical, Paula Antuñez y la asistencia de dirección de Ana Victoria Fernández, una de las únicas dos niñas bahienses que formó parte del grupo durante ocho años en su infancia, la propuesta gratuita tiene todo listo para comenzar un nuevo ciclo.

“Se trata de un espacio pensado para niñas y niños de la ciudad que sientan inquietud por cantar. Me parece que desde un coro uno construye una pequeña sociedad, tanto desde el aprendizaje musical, como de convivencia ciudadana, en cuanto a valores como la responsabilidad, el respeto, la tolerancia, la empatía, la cooperación, que es lo que hace que el coro funcione, más allá de que después logremos que suene bonito”, comenzó la educadora vocal.

En cuanto al repertorio, consiste en canciones que no tengan que ver con el medio musical actual, porque ya tiene difusión. Por ello, buscan melodías no tan escuchadas pertenecientes, por ejemplo, al folklore argentino, latinoamericano y de otros países, y hasta cantan en otros idiomas. Asimismo, se trabaja con las familias.

“Son ellos quienes acompañan y llevan a los niños a los ensayos y las presentaciones. Se produce como una especie de vinculo que hace que el espacio se sostenga tanto porque al niño le gusta cantar, como porque a las familias se les da esta posibilidad de encontrar un lugar en donde sus hijos se sienten contenidos, aprenden y pueden proyectar. Algunos encuentran su vocación en la música”, explicó.

Instruirse de manera colectiva

En sus comienzos, la actividad fue dirigida por Nicolás Saveanu, quien estuvo hasta el año pasado que decidió retirarse. Paula fue su asistente durante 15 años. En la década del 90, cuando comenzó, no había espacios de formación como los que hay en la actualidad, por lo que aprender un instrumento o música desde lo vocal no era accesible para todos y todas. Por ello fue que se impulsó y creó este espacio gratuito y municipal.

“La idea es aprender a cantar, de la manera más natural y lúdica posible. Desde mi experiencia, los proyectos de coro siempre se convierten en un lugar de aprendizaje, de construcción, de pertenencia, de crecimiento. Todo el mundo puede cantar, solo hay que tener ganas de hacerlo. Que las familias apuesten a una actividad artística es una belleza. Siempre digo que un niño o niña que desarrolle una actividad artística adquiere una mirada de la realidad, desde la sensibilidad, que no tiene otro niño”, valoró.

Y, siguiendo esa línea, agregó: “Soy una convencida de que las materias de artística y la educación física son los pilares en donde las demás se deberían apoyar para que los aprendizajes sean mucho más positivos y efectivos. Una vez, una niña en un concierto me dijo ‘Paula, soy feliz. Si la gente supiera lo felices que somos nosotros en los tres minutos que dura una canción nadie dejaría de cantar’. Y me parece que ese es el objetivo, que sean felices, en cuanto a generarles consciencia de lo que pueden lograr”.

Según Paula, cuando uno canta pone de manifiesto todo su interior a través de su voz. “Cuando alguien canta muestra el alma. Por eso, me parece valiosísimo el espacio del coro de niños, desde lo técnico, lo emocional y desde cualquier concepto de aprendizaje. Lástima que no haya más en la ciudad. Creo que esto debería ser un semillero”, finalizó.

El próximo 19 de marzo comenzarán los ensayos, y serán los martes y viernes, de 17:20 a 18:30 hs., en la Sala de Coros del Teatro Municipal. Cabe destacar que las inscripciones a todos los espacios de coros, se encuentran abiertas, por lo que para más información, los y las interesadas pueden comunicarse al 291 459400, interno 2408, o acercarse al Instituto Cultural, Alsina 41 primer piso, en el horario de 8 a 14 hs.