Durante la semana del 26 de febrero al 3 de marzo se desarrollará un Taller para aprender a construir Estufas Sociales Isleñas, con el objetivo de conocer nuevas formas de generar energía en base a residuos forestales.

La iniciativa surgió de la mano del investigador del Conicet Pablo Postemsky, y el ingeniero especialista en estufas para invernadero, Pablo Kulbaba, quienes en 2020 compartieron una formación y quedaron en contacto. El 20 de diciembre de 2023, luego del temporal que azotó Bahía Blanca y dejó como consecuencia más de diez mil árboles caídos, se pusieron en contacto para trabajar en un nuevo proyecto.

“Él se comunicó conmigo, porque también se organizaron colectas en Buenos Aires, y me consultó cómo podían ayudar desde allá. Le comenté que yo y a varios compañeros del Conicet, pensábamos que estaría bueno hacer algo para que todas las personas se den cuenta del valor de la biomasa forestal urbana”, contó Postemsky.

Este tipo de residuo que propone un método alternativo para generar corriente eléctrica neutra y limpia, a partir de todo material orgánico que puede ser usado para la producción de energía eléctrica. En este caso, las ramas pequeñas y medianas que quedaron como resultado de la tormenta.

En esa línea, el investigador, indicó: “Es un tema muy importante, en cualquier momento, en una ciudad. Pero con la tormenta generaba cierta urgencia. Porque las ramas y los árboles volteados, que con el correr de los meses se iban a secar, se podía aprovechar para muchas cosas”.

“Si se maneja la poda y los replantes, a una escala más grande de la que tiene cualquier Municipio, puede llegar a generar una cadena de valor”, afirmó, en comunicación con El Digital de Bahía.

Muchas manos

En ese contexto, Kulbaba propuso llevar adelante un taller de elaboración de Estufas Sociales Isleñas, un desarrollo reciente creado por el grupo de bioconstrucción Otro Modo. La organización tenía un trabajo previo con Seed, una ONG francesa, con quienes elaboraron un video para promover la herramienta.

Entre los beneficios de este tipo de estufas, destaca que permite reducir los materiales y costos, demanda un menor tiempo de fabricación, es de menor tamaño, lo cual es mejor para las viviendas, y tiene muy buenas prestaciones.

De esta manera, se presentó el proyecto a diferentes sectores académicos, científicos y tecnológicos, para trabajar en la propuesta a largo plazo. En primer lugar, al Conicet, y grupos especializados en la temática social de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), y la Universidad Nacional del Sur (UNS).

“Todo esto se fue presentando el proyecto, convocándolos a integrarse, aunque no tiene un formato de actas, no es una entidad. Somos gente que nos hemos nucleado. Al  principio, gracias a este profesional con interés solidario, y ahora para ver qué más se puede ofrecer para generar una rutina, un proceso, una cadena de valor sobre los residuos forestales urbanos”, contó el referente.

Además, agregó que esta acción se suma al Programa Reverdecer Bahía propuesto desde el Municipio de Bahía Blanca. Dentro de la entidad, las áreas de Políticas Sociales y Ambiente y Hábitat también formarán parte del grupo inicial.

Asimismo, la iniciativa cuenta con el apoyo de empresas locales, del Rotary Club, y voluntariados como el Movimiento Scout y Sustentar TV.

Gran primer paso

El objetivo en esta primera etapa es la construcción de siete estufas: “Lo que se busca con el taller es capacitar voluntarios. Personas que después tengan disponibilidad, tiempo, experiencia en ámbitos de taller, que conozcan las herramientas y medidas de seguridad”.

“Lo importante es saber que las estufas son un medio para entender la importancia de la leña fina y mediana. Las estufas son muy eficientes en el proceso de la combustión, y generan calor a partir de leña mas pequeña de la que usualmente se ubica en las salamandras. Que es, también, la leña más difícil de descartar cuando se poda o sea cae un árbol”, expuso Postemsky.

En ese sentido, informó que 30 kilos de leña seca producen la energía calórica equivalente a una garrafa de 10 kilos de gas, por lo que es un beneficio en el plano económico.

“Las siete familias que fueron convocadas, y aceptaron participar, fueron seleccionadas a través del Centro de Salud Dharma, del barrio San Martín, que tienen un programa de huertas y compostaje y venían interactuando con el barrio. Lo que queda es ir a visitar a las familias, explicar de qué se trata el dispositivo, cómo funciona, y poner la mejor voluntad para hacer el proyecto de la mejor manera posible”, concluyó.

La inscripción al taller puede realizarse a través del Instagram de Proyecto Eco Arco Bahía Blanca.

Fotografías: Otro Modo