Pablo Martín es guitarrista, compositor y profesor de guitarra, ukelele, handpan e inglés. Como difusor del arte musical, al que considera sanador y unificador, dialogó con El Digital de Bahía sobre los intereses y reflexiones que motivan su trabajo.

Si bien su encuentro con la música es un proceso diario, de hecho le cuesta asumirse como músico o artista, sus comienzos tienen una fecha: 2010, cuando sus padres le regalaron una guitarra, por su cumpleaños número 19. “Con el pasar de los años y al ir afianzándome, y a través de distintas experiencias, pude consolidar ese camino que no termina nunca”, valoró.

Como toda profesión, la suya tiene cosas buenas y otras a las que prefiere tomar con un aprendizaje: “Lo más lindo que encuentro son las personas que conozco a través de la música, lo que tiene distintas facetas porque también doy clases. En contacto con el otro, el transmitir, comprender y acompañar se genera algo muy especial. Para mí la música es un modo de vida, de ser, una parte muy importante de mi cotidiano”, expresó.

Siguiendo esa línea, agregó: “Los aspectos que no me gustan tanto o que no me llegan, tienen que ver con la valoración del arte en general. Siento que con las grandes industrias, y la cuestión de la masividad que hoy tenemos en la inmediatez del todo, se pierden cosas muy increíbles y hermosas, quedando ocultas”.

Impulso y creaciones

Los proyectos en los que trabaja actualmente lo vinculan con la música tanto de manera solista como grupal. Como compositor hace arreglos y covers. “Cada proceso e instrumento son mundos distintos y me di cuenta que si bien la guitarra es mi instrumento principal, con el que mejor me expreso o más fluidamente puedo lograr cosas a nivel búsqueda sonora, he necesitado y sigo necesitando distintas fuentes como el charango, el ukelele o las clases de canto que tomo con un amigo”, dijo.

En relación a la construcción colectiva, forma parte de Proyecto Océano, junto a Buho Briglia y Marcelo Enrique, donde interpretan composiciones propias; del trío ‘Encuentro’, con su compañera Nadia Bellizzi y Maru Marquez, donde hacen covers y canciones propias; otro dúo de temas de rock; y con Nadia y otro amigo, trabajan en una iniciativa para tocar en encuentros de meditación y respiración consciente, con instrumentos afinados en otra frecuencia, como por ejemplo el tambor handpan.

“Este 2023 ha sido el año que más he tocado. Mis letras son muy testimoniales, de experiencias propias, pero que a la vez dan cuenta de cosas que les pasan a todos, que son universales. Para mí la vida es una composición y una improvisación constante. Todo es música, vibración y energía, que es lo que somos en realidad”, detalló.

Bahía Blanca se ha convertido en una ciudad con grandes músicos y músicas, espacios y alternativas. “Hace poco, por ejemplo, estuve en la Feria de Artesanos y fue una experiencia muy linda. En general, recibo una buena respuesta por parte de la gente. Hay una mezcla entre curiosidad y buena energía. Siempre me ha pasado eso y es hermoso porque es un mimo al alma e incentiva el seguir dando pasos”, finalizó.

Los y las interesadas en conocer más sobre el arte de Pablo Martín deben visitar su Facebook o Instagram, donde también pueden conocer sus presentaciones o contactarlo por sus clases individuales y personalizadas.