Un grupo de madres y padres autoconvocados, con historias diversas, pero con un denominador común: Todos transitaron la adopción como uno de los caminos para formar una familia.

Adopten Niñes Grandes es un colectivo que surgió con el objetivo de visibilizar a los niños y las niñas mayores de cinco años, y adolescentes, en situación de adoptabilidad, y que las personas que están inscriptas para adoptar tomen conciencia de que no solo se pueden adoptar bebés. Actualmente, son 81 integrantes.

 Una de las referentes, Carla Mamaní, contó a El Digital del Bahía: “Nos centramos en ese grupo porque son los que más esperan, más aún si son grupo de hermanos, o con alguna enfermedad, aunque la misma sea tratable”.

Según datos de la Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos el 86,9% de quienes están en proceso de adoptar muestran disponibilidad adoptiva para niños y niñas de un año; 43,8% para aquellos y aquellas de hasta seis años; y 0,2% para adolescentes de quince años o más.

“Desde el grupo activamos todo desde las redes sociales. Twitter, Instagram, Tik tok, brindando testimonios, haciendo vivos con profesionales. Como colectivo también participamos de reuniones con la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), a fin de ajustar algunos temas, como ser los costos del juicio de adopción, la licencia laboral por adopción, acortar los tiempos de les niñes institucionalizados, mejorar los criterios de selección de pretensos adoptantes. Esto último, básicamente, para evitar las vinculaciones fallidas que llevan a una nueva frustración y falla hacia les niñes”, expresó.

Dentro del sistema de adopción, hay alrededor de 2200 niños y niñas que esperan una familia. En este contexto, el colectivo focaliza su actividad en concientizar desde la experiencia personal, y hacer hincapié en que la adopción de niños, niñas y adolescentes también es una opción viable a la hora de planificar una familia.

Con esta mirada, Mamaní expuso que “las niñeces, en general, son contenidas en lo básico. No les falta comida o abrigo, pero sí les falta el apoyo individual indispensable que da una familia, que les da el ser únicos, y no uno más del hogar. Les falta seguimiento tanto en salud como en educación, lo cual es hasta comprensible en hogares donde hay una cuidadora cada para diez niños, en los mejores casos”.

Derribando mitos

“Las iniciativas como la de nuestro colectivo son importantes para derribar mitos sobre la adopción, como ser que hay mucho tiempo de espera, que para adoptar tenés que tener plata y propiedades, que la adopción es un acto de caridad, o que solo adoptan quienes no pueden tener hijes biológicos. Todos esos son mitos, nada más alejado de la realidad”, enumeró.

Sin embargo, explicó que “desde que arrancó el colectivo siento, personalmente, que varios mitos los vamos desterrando. Es lo que se va recibiendo en las redes, aunque cuesta. Cuando ponemos en común en el grupo siguen saliendo comentarios que nos hacen como ‘qué gran acto de amor el suyo’, cuando lo que estamos haciendo es cumplir un deseo, pero los grandes luchadores, y quienes se permiten volver a confiar son les niñes que nos dan la oportunidad de ser su familia”.

Entre estas falsas creencias, Mamaní señaló que a la comunidad general le cuesta volcarse a la adopción como forma de armar una familia, y que muchas veces se trata de una última opción: “Aunque vemos que eso poco a poco va cambiando, con trabajo de hormiga, vamos logrando que se tome como centro del proceso a les niñes. Que la premisa sea encontrar una familia para un niño, niña o adolescente real, y no un niño, niña o adolescente ideal. Son personitas que vienen con una historia, que las familias venimos a completar”.

Quienes quieran iniciar el camino de adopción, pueden inscribirse como matrimonios, integrantes de una unión convivencial, o persona única que tenga una edad mínima de 25 años, tenga cinco años de residencia en el país, salvo argentinos o naturalizados. Para más información, se pueden seguir sus redes sociales, o su página web.