La importancia de compartir la literatura radica en su rol como fuente inagotable de conocimiento. En esta ocasión, conoceremos a una autora que no solo fomenta aquello a través de sus creaciones, sino que además gestiona e impulsa espacios de difusión de expresiones locales.

María Emilia Llull se define como una escritora amateur que relaciona su práctica con algo que le da placer y, desde la adolescencia, una herramienta que le permite sacar emociones de su interior. De hecho, fue al llegar a Bahía Blanca que tomó su primer taller de escritura y, a partir de allí, con unos 18 o 20 años, comenzó a escribir frecuentemente.  

“Hace un par de años, me pintó esta de compartirlo, de entender que había algo de ese hecho artístico que terminaba de completarse con la lectura; y tengo el hábito de escribir todos los días algo para mí, aunque sea”, comenzó la autora de ‘Sentipensante’, su libro publicado en 2022, gracias a la adjudicación del Fondo Municipal de las Artes.

La obra, de relatos cortos y un monólogo, que surgió en el marco de un taller que realizó con el dramaturgo Fabián Díaz, acrecentó el papel fundamental que cumple la literatura en su vida. “Me siento muy privilegiada por haber podido aprender a leer y escribir, ya que me regaló un lugar donde sentirme cobijada y armar mi propia realidad. La literatura es súper catártica. Me sirve mucho, me ayuda a expresar el dolor, la alegría, la euforia, la excitación, lo que sea. Es un poco mi idioma”, valoró.

Encuentro personal y colectivo

Escribir le permite procesar mejor las cosas. “De piba la pasé un poco mal en la escuela. No entraba en los cánones del cuerpo que esperaban de mí cuando era una nena, y eso hizo que la pasara realmente muy mal. Cuando me encontré con el teatro también, porque soy actriz, empecé a ver que había algo en el arte que me ayudaba a vivir mejor. Ahora de grande puedo sentir que convierto las cosas que me pasan en un hecho artístico que puede ayudar, entretener o gustarle a alguien más”, explicó.

Asimismo, aquella noción respecto a las expresiones artísticas, la llevó a formar parte de un ciclo de entrevistas a autores locales en el Café Cultural Don Osvaldo, del Centro Cultural La Panadería. “Los que escribimos nos hemos tenido que ir haciendo nuestros propios lugares. Creo que espacios para mostrar la música, la danza y el teatro, hay muchos más y el público está más acostumbrado a eso. En mi propuesta tomamos un vino, charlamos y hay gente comiendo, para desolemnizar esto de que ir a escuchar a alguien leer es un embole”, detalló.

Según su mirada, Bahía Blanca cuenta con mucho talento, pero pocos sitios para mostrarlo. “Me gustaría, con la cantidad de artistas y espacios culturales que hay en la ciudad, que hubiera más propuestas que lleguen de los lugares a los artistas, como un mimo. Hay un camino recorrido que va tomando forma, y la literatura y las y los escritores van teniendo su lugar, pero nos falta un poquito todavía”.

María Emilia está convencida que nunca llegará un momento en el que deje de escribir. “Y eso me gusta mucho, porque siento que de a poco le fui dando lugar en mí, hasta que entendí que era una pasión realmente enorme. Me emociona y llena poder hacerlo. Me gustaría seguir publicando y escribir un libro más largo, pero tampoco me lo exijo. También quiero seguir colaborando a que se abran más espacios”, finalizó.

Quienes quieran conocer más de sus escritos o sobre las actividades que impulsa, pueden visitar su Instagram.