Camila Domínguez es la creadora de algunos de los murales, realizadas tanto en espacios públicos como privados, que muchos vecinos y vecinas disfrutan a diario ya que se han convertido en parte del patrimonio local.

La creatividad artística es algo que forma parte de su vida aproximadamente desde los 16 años. “Siempre me dediqué a hacer banderas, remeras, cuadros, por encargue. Como soy de Cabildo, me vine a Bahía Blanca a estudiar profesorado de Artes Visuales en la ESAV”, comenzó la artista visual.

Aquí, además, fue donde tuvo su primera experiencia como artista urbana. “Me salió una oportunidad para pintar un mural de Perón y Eva, en una plaza, para un partido político. Había tenido algunos acercamientos con lo que es el mural, en mi pueblo, pero acá no me había animado”, detalló.

Luego de ese trabajo, recibió el llamado de la dueña de la veterinaria de 12 de Octubre y Caronti. “Me dijo si me animaba a pintarle el espacio, al que siempre había soñado con llenarlo de colores. Fue el trabajo más grande que hice, porque fue en altura y eran cuatro paredes. Como está a la vista y al paso de todos, me empezaron a salir otros trabajos”, recordó.

Embellecer lugares

El primer paso, antes de armar un mural, es ver el espacio y hablar con la persona. “Después armo bocetos en forma digital, con distintas propuestas. Obvio que estoy atada a lo que me piden pero, por lo general, suelen darme bastante libertad. Otras veces te pasan una imagen y te piden un tamaño específico. Me gusta que cada trabajo sea original, propio y se adapte de la mejor manera a lo que se quiere lograr”, explicó.

“El de la veterinaria fue uno de los trabajos que más me gustó, porque me dejó libre. Solo me nombró una lista de animales exóticos que quería que estuvieran, porque es especialista en ese tipo de animales, y me dijo que fuera a una pinturería puntual y pude elegir los colore. Hay otros que me gustaron, pero los hice en espacios privados”, contó.

A la hora de definir su arte, la palabra elegida es adaptable. “Porque, en realidad, eso es lo que hago: me adapto al deseo del cliente. Me fijo bastante en las particularidades, no me gusta la desprolijidad, salvo que sea a propósito. Tardo en hacer los trabajos porque busco el mínimo detalle, y hasta que no quedo conforme no me voy”.

Proyecciones

La profesora de Artes Visuales, además, hace desde cuadros, con distintas temáticas, hasta banderas para, por ejemplo, estudiantes que se reciben. “Me voy adaptando. La cuestión es seguir pintando, pero lo que más me gusta hacer son retratos de personas y de animales. Intento plasmar las miradas, porque me parece que transmiten un montón”, sostuvo.

“El arte conecta, de alguna forma, a la gente con el artista. Siempre que estoy pintando, frenan a hablarme como si me conocieran, me cuentan sus vidas y dan su opinión. El mural es una forma de visibilizar lo que uno hace. En mi caso, el propósito es embellecer o brindar mensajes positivos. Algo que me encanta de este trabajo es que con un pincel y un poco de pintura podés transformar cualquier superficie y, de alguna manera, cambia un montón la energía del lugar o de la persona que lo vea”, valoró.

Actualmente, está trabajando en varios proyectos de casas particulares. “Estoy haciendo bocetos en formato digital; tengo ideas para desarrollar en mi ciudad natal y voy a dar, en el marco de los cursos UPAMI, un taller de Pintura Mural en la UTN, para adultos mayores”, finalizó.

Quienes quieran conocer más sobre sus trabajos o contactarla, pueden visitar su Instagram o Facebook, o escribirle al WhatsApp 291 5723751.