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La música, y todo lo que ella implica, es una herramientas de expresión cultural a través de la que se reflejan diversos pensares, ideas, hábitos y costumbres. Con la certeza que estos definen aspectos sociales, económicos e históricos de una sociedad, presentamos a un vecino que con su arte posibilita que aquello permanezca visible.
Emanuel Vazquez es luthier y se dedica a la calibración, reparación y fabricación de instrumentos. “Este trabajo tiene muchas cosas buenas, porque es algo que me gusta mucho. Lo mejor es la parte artística. Es lo que más disfruto; ese momento en que alguien me propone hacer un instrumento y nos sentamos juntos a pensar el cómo”, comenzó en diálogo con El Digital de Bahía.
Además, gracias a su profesión puede desplegar la creatividad al máximo. “No estamos atados a la línea industrial de una marca, a sus modelos, sino que se crea de cero algo a medida de quien vaya a usarlo. Y lo negativo justamente creo que podría ser cuando no entienden eso y pretenden de un luthier lo mismo que de una marca, sin notar que esto tiene que ver con lo artesanal y personalizado”, agregó.
En la actualidad, y al igual que en sus comienzos, se compromete con cada uno de los proyectos. “Hago de todo, aunque me gustan más los instrumentos de cuerda y los más atípicos. Por ejemplo, he fabricado un ronroco y una mandolina. Y, si bien utilizo maderas importadas también, últimamente trato de usar nacionales como guayubira y guatambú”, explicó.
El oficio de construir
Su vínculo con la luthería empezó como un pasatiempo. “Fui a una escuela técnica, y me crié en el taller de mi papá que es herrero. A su vez tengo un lado artístico, porque me gustan la música y el teatro. En cierta forma, la profesión me permitió desarrollar ambas cosas a la par: lo artesanal con el arte”, recordó.
Y, siguiendo esa línea, agregó: “A los 13 o 14 años empecé a hacer mis propias creaciones: veía un banjo, buscaba cómo se hacía y lo unía a mis conocimientos de carpintería o a lo que me sugerían mis papás o amigos. También fui a ver a otros lutieres y comencé a calibrar mis guitarras y bajos, y las de mis amigos. En 2018, descontento con el trabajo que tenía, me puse a pensar en este oficio como algo redituable. Ya hace cinco años que me dedico de lleno”.
En líneas generales los músicos saben lo que es un luthier y a lo que se dedica, “Pero creo que la gente que no es del palo no. Si bien sienten curiosidad respecto a cómo es el proceso de hacer una guitarra, algunos piensan que es fácil, o que al ser de madera la puede hacer una persona que hace una silla. Pero no, se trata de una conjunción de saberes: electricidad, herrería y trabajo con bronce, entre otros”, reflexionó.
Para finalizar, expresó que le gustaría trabajar con la mayor cantidad de gente posible. “Me gusta pensar los instrumentos a medida de la gente que viene a pedirlos, y quiero que sepan que el luthier está para eso”.
Los y las interesadas en conocer más sobre el trabajo de Emanuel Vazquez pueden visitar su Instagram.
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