La segunda temporada de la serie británica supera en suspenso a la primera.

Todavía sigue siendo un poco subterránea, pero Slow Horses tiene todo para capturar a espectadores deseosos de ver un policial cuya fuerza no radique en los efectos visuales.

El ambiente y los personajes principales siguen siendo los “caballos lentos” del título, aquellos agentes de la inteligencia británica que cometieron un error tan bestial  durante el servicio, como para terminar en la unidad que se encarga de las peores tareas, con el gruñón y desarrapado  Jackson Lamb como líder.

Sólo bastaría recordar que Lamb es interpretado por Gary Oldman, para que valiera la pena ver los episodios – de una hora cada uno- de la primera temporada y los de esta segunda lanzada en diciembre del año pasado, pero si aquella presentaba la cara menos favorecedora del espionaje, esta usa la muerte de un ex agente soviético como excusa para retomar la atmosfera pesada de la Guerra Fría y su innegable eco en el presente ruso.

La trama tampoco se limita a los usuales encuentros furtivos y callejones oscuros, porque ofrece mucho humor negro y sorprendentes escenas de acción en las que Lamb baja los pies de su escritorio mugroso y sale a la calle para desfacer viejos entuertos – varios lo dejan mal parado- y enfrentar hasta a su jefa inmediata –maravillosa Kristin Scott Thomas-, para evitar que el hato de fracasados que tiene a su mando pierda el pellejo.

Imperdible, accesible desde la plataforma Apple TV y con una tercera temporada confirmada.  

Ficha técnica/ Dirección: Jeremy Lovering. Guion: Morwenna Banks, Mark Denton, Will Smith, Jonny Stockwood. Música: Daniel Pemberton, Toydrum. Fotografía: David Chizallet. Intérpretes: Gary Oldman, Jack Lowden, Saskia Reeves,  Kristin Scott Thomas. Origen: USA, UK-2022.