El trágico naufragio volvió a la gran pantalla en su 25º aniversario.

En 1912, la fama de ser el navío más lujoso y teóricamente inhundible precedió al viaje inaugural y último del Titanic.

Una archiconocida tragedia, que llevaron al cine tanto como documental y ficción y tentó al director James Cameron durante el rodaje subacuático de Abismo (1989).  

Fiel a su minuciosidad, decidió que Titanic (1997) incluyó imágenes del verdadero casco hundido -conseguidas con equipos robóticos y cámaras resistentes a la presión del océano a 800 metros de profundidad-; reprodujo la mayor parte de la cubierta en la costa de México y utilizó el mejor CGI del momento.

El resultado fue una espectacular reproducción del choque con el iceberg, el hundimiento y la muerte helada de dos terceras partes del pasaje y con un romance como recurso de guion para devolver suspenso a esos hechos.

Los enamorados cuyo destino tiene en vilo a los espectadores eran Jack -un artista pobre de 20 años- y Rose -una chica de 17 comprometida con un ricachón controlador-, interpretados estupendamente por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet y envueltos en la música incidental de James Horner y el meloso tema cantado por Céline Dion.

No podía fallar y no falló, el estreno fue en varios festivales durante diciembre de 1997 pero la distribución internacional y el exitazo llegaron a principios de 1998.  

25 años en los que el agua siguió erosionando al Titanic real y el tiempo cambió la manera de hacer y ver cine, aunque esta nueva oportunidad de disfrutar el film en el ámbito para que fue creado debería aprovecharse, porque conserva su capacidad de transmitir el deslumbramiento amoroso, el frio y la hybris humana.

Ficha técnica/ Dirección y guion: James Cameron. Música: James Horner. Fotografía: Russell Carpenter. Intérpretes: Kate Winslet, Leonardo DiCaprio, Billy Zane, Kathy Bates. Origen: USA, México; 1997.