El Centro de Rehabilitación Equina Nelquihue es una organización sin fines de lucro que se dedica a rescatar y recuperar caballos que fueron víctima de maltrato. Al no contar con ningún tipo de subsidio oficial, nos comunicamos con una voluntaria para conocer sus necesidades.

Surgido en 2014, motivado por la caída de un caballo ocurrida en calle Soler, que además provocó el accionar municipal respecto a la zona de circulación para que no pudieran acceder al centro de la ciudad, aunque la tracción equina no se prohibió, comenzaron a recibirlos de dos maneras: rescates propios y órdenes judiciales de secuestros.

A partir de aquello, “la doctora Alejandra González Laserna, viendo que no había un lugar donde atender a caballos maltratados, hacia fines de ese año, alquiló un predio para la recepción, el 8 de diciembre se inauguró el centro y, desde ese momento, no pararon de aparecer distintos casos”, explicó, en diálogo con EcoMedios, la voluntaria Diana Wisniowski.

‘Nelquihue’ significa ‘Tierra de caballos’

Para poder continuar con la actividad, cada año abren distintas convocatorias para ayudantes, e impulsan diferentes propuestas. “El número de voluntarios varía constantemente pero actualmente seremos unos diez. Somos muy pocos los que quedamos desde un principio y necesitamos sangre joven que venga a ayudarnos a, por ejemplo, limpiar el predio y darle de comer a los animales”, detalló.

Respecto a los caballos, en el campo hay unos setenta, “que están sanos y en libertad”, y en el hospital y lugar donde está instalado el centro, que por el momento se ubica en Rodríguez 4660, “pero nos mudaremos a un predio que nos facilita la municipalidad”, están “los más viejitos y se suman los que llegan”, dijo.

El Centro de Recuperación Equina siempre necesita desde insumos médicos, entre los que están las agujas rosas y verdes, la crema Platsul, alcohol y distintos tipos de vendas, entre otros que pueden consultarse en un listado que hay en las redes sociales, hasta dinero para la alimentación.

Con el correr del tiempo, el espacio que también se convirtió en una ‘Tierra de amigos’, continúa esforzándose por cambiar la calidad de vida de los caballos maltratados. “La idea es ser un santuario. Se trata de animales que no son para montar, por lo que intentamos que vivan lo mejor posible y en libertad”, finalizó.

Entre los requisitos para sumarse como voluntarias y voluntarios están el ser mayores de 18 años, contar con una disponibilidad de al menos tres horas semanales y ser conscientes de que se trata de un trabajo pesado. Quienes deseen colaborar con dinero u otro tipo de donaciones encontrarán toda la información necesaria en el Facebook e Instagram del Centro.