Un largometraje revive la trayectoria de Louis Armstrong en el jazz y el cine.

Si hay un género al cual el streaming le sienta bien es el documental, porque salvo excepciones no se solía estrenar en salas y era imposible de encontrar fuera de algún rincón en la programación de cable.

Afortunadamente, Louis Armstrong: Black & Blues  (2022) del músico y realizador Sacha Jenkins, desde finales de octubre y tras un loado paso por varios festivales puede disfrutarse en la plataforma Apple TV+.

Lo del disfrute no es un lugar común, ya que los jazzeros, melómanos y cinéfilos que conocen al protagonista estarán felices de volver a oírlo tocar, cantar o actuar y quienes lo descubran se maravillarán con su talento y carisma.

Louis Armstrong habría nacido en 1901 – los biógrafos no se ponen de acuerdo en la fecha- en un barrio pobre de New Orleans la cuna del jazz y al parecer su primer instrumento fue una corneta militar que le dieron en una temprana entrada en un correccional, pero ni esa infancia difícil, ni ser afroamericano en tiempos del más profundo racismo impidió que tuviera éxito y fama en su país e internacionalmente.

En 106 minutos el documental repasa las altas y bajas de su vida  acompañadas por fragmentos de 50 de sus temas esenciales –soundtrack soñado- y varias actuaciones cinematográficas, además de entrevistas al propio protagonista, su esposa, a colegas famosos como Miles Davis o Dizzy Gillespie y videos inéditos, surgidos de un laborioso trabajo de investigación y edición.

Un estupendo testimonio audiovisual –nunca mejor usado el término-, que seguramente se hará un lugar entre los largometrajes candidatos al Oscar de la categoría.

Ficha técnica/ Dirección: Sacha Jenkins. Música: Terence Blanchard. Fotografía: Edward Lachman. Edición: Alma Herrera-Pazmiño, Jason Pollard.  Origen: USA-2022.