El domingo, Ingeniero White se envolvió en una celebración religiosa y familiar. Cerca de las 17 horas, el santo de los pescadores presidió la jornada.

Desde la parroquia de la Exaltación de la Santa Cruz, vecinas y vecinos, fieles a la fe a San Silverio, iniciaron la procesión hacia el puerto. A su paso, se sumaron los bomberos voluntarios, integrantes de los clubes Comercial y Huracán, la sociedad de fomento de la localidad, la Unión Vecinal del Saladero y el Consorcio de Gestión del Puerto.

La tarde sorprendió a visitantes del Puerto Piojo, que vieron cómo muchas familias pescadoras engalanaron sus lanchas para celebrar, pedir y agradecer al patrono.

Con más de noventa años de permanencia como imagen de fe, San Silverio invita a que el mar sea el hogar, la fuente de sustento y la forma de unir a quienes aún viven de la pesca artesanal.

Una vez que visitó el estuario, las lanchas empezaron a girar cerca de él, y las ofrendas florales demuestraron cuántas historias de vida están relacionadas con su protección.

Finalmente, entre cánticos regresó a la parroquia. Durante el camino, fue observado con respeto y silencio por quienes estaban presentes en los juegos y el paseo portuario.

San Silverio aguardará un año para volver a ser venerado, celebrado y volver a brindarse en comunión con la gente de White.