Celeste Lorenzo se dedica a lo que hoy lleva el nombre de “Chivata”, desde niña. A través de distintas opciones personalizadas y para todos los talles hizo de su marca un espacio que pone en juego la creatividad y el amor por el diseño.

“El proyecto surgió en el 2020. Estudié diseño de indumentaria, hace más de 10 años. Siempre he tenido distintos tipos de emprendimientos. Antes, por ejemplo, tenía una marca de ropa de hombre con un amigo y en 2018, comencé a dar clases de costura y lencería. Es lindo poder enseñar una herramienta para que otras personas le den vida a sus propias iniciativas”, comenzó, en diálogo con EcoMedios.

Durante la pandemia, Celeste continuó enseñando de manera virtual. “Fue un desafío, pero las chicas se coparon y lo pudimos hacer. Y, en paralelo, ya sentía que ese ciclo estaba terminando. Por eso, con las clases que daba y lo que aprendí en el proceso me nutrí como para decidirme a arrancar mi propio emprendimiento”, afirmó.

«Si bien “‘Chivata’ es mi marca y soy la que emprende tengo un fuerte apoyo de un círculo de amigas que, a veces, son las modelos, fotógrafas o las diseñadoras gráficas. Me gusta trabajar con gente que conozco. Creo que el futuro de mi proyecto es ese: trabajo en equipo, en relación con otras personas que también accionan de manera independiente”, dijo.

Apostar por una pasión

El propósito de la propuesta que nació de la mano de Celeste Lorenzo, “creo que tiene que ver con  permitirme probar distintas cosas que me gustan. De hecho, ‘Chivata’ en sí es una marca de ropa interior pero ahora hice una edición limitada de buzos y tengo ganas de incorporar un tipo de estampa botánica, que tiene que ver con flores y hojas, para la ropa interior”, expresó.

De esa manera, a través de su emprendimiento ofrece lencería: corpiños, bombachas de distintos modelos y tops deportivos; buzos; y, en verano confecciona mallas, a las que en 2022 le agregó sus propias estampas. Además, trabaja a pedido y todas sus creaciones son fabricadas por ella.

“Lo que me va gustando, lo voy sumando y creo que, en ese sentido, ‘Chivata’ va cambiando. La cuestión ambiental también es uno de los propósitos, de cierta manera, ya que al ser una producción pequeña y a medida, implica un cuidado del consumo”, sostuvo y explicó que el nombre se debe a una novela en la que el protagonista “hablaba de su “chivata” con cariño. Quedó cuando tenía el proyecto con mi amigo y lo retomé”.

Para finalizar, Celeste reflexionó respecto a las proyecciones: “Siento que hay muchas cosas que todavía están informales, y me gustaría darles un poco más de forma, una cierta estructura que me permita ampliar mi llegada y proyectarme a nivel nacional, aunque hago envíos a todo el país”.

Los y las interesadas en conocer más sobre este proyecto bahiense, vinculado al corte y confección, pueden visitar su Instagram.