De la vieja canción infantil al largometraje argentino más visto en el primer semestre del año.

“Yo conozco una vecina que ha comprado una gallina, que parece una sardina enlatada. Tiene las patas de alambre, porque pasa mucho hambre y la pobre está todita desplumada…” 

Así comenzaba uno de los éxitos musicales de los payasos españoles Gaby, Fofó y Miliki en la década del 70, que sirvió de base a esta traslación animada coproducida por España y Argentina.

La protagonista es tan esmirriada como se la describe y sufre porque no puede poner huevos. Algo que pasa a segundo plano cuando aparece Isabel, una jubilada que la acoge en su huerta y descubre la capacidad de hablar, cantar y bailar de la gallinita. 

Pero el conflicto surge cuando Isabel se accidenta, es hospitalizada en la ciudad y Turu decide buscarla, dando lugar a una aventura que incluye nuevos amigos, un circo, un villano y hasta un pretendiente. 

Planteo sencillo con una factura visual decorosa, que mereció un premio Goya y otro Platino y los más pequeños van a disfrutar, a pesar de que el mensaje de autoafirmación esté acompañado con escenas sensibleras y demasiadas canciones. 

Lo que realmente sorprende es que tras su llegada a las salas demorada por la pandemia, se convirtió en el estreno argentino – a medias- más visto del 2022. 

Algo que obedece menos a las boleterías rebosantes, que a la mala distribución y pobre acogida del público, ya que Turuleca sólo necesitó las vacaciones escolares y unos 120 mil espectadores para alcanzar ese puesto, lo que da un panorama del presente de la actividad cinematográfica argentina. 

Ficha técnica. Dirección: Eduardo Gondell, Víctor Monigote. Guion: Juan Pablo Buscarini, Eduardo Gondell, Pablo Bossi. Música: Sergio Moure. Fotografía: Alejandro Valente. Origen: España, Argentina; 2020.