El Centro Cultural La Esquina de Otto propone un espacio de enseñanza de tango que busca ser abierto a las personas que quieran acercarse a conocer más sobre la danza, la música y los lenguajes y códigos que la componen.

La organizadora de El Semillero Tango, Jezabel de los Santos, en diálogo con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios, contó: “Cuando vino la pandemia nos dejó con más ganas de abrazarnos, así que cuando nos pudimos empezar a juntar y bailar, comenzó a venir mucha gente nueva, que no sabía sobre el tango. Por eso decidimos hacer mucho hincapié ser bien abiertos y flexibles”.

“A la gente le encanta el espacio, y siempre nos encontramos con alguien que siempre quiso bailar y no se animaba. Queremos que la gente se sienta cómoda, y desde ahí trabajamos el cuerpo, la enseñanza, la pedagogía y las milongas”, explicó.

Además de las clases, los días viernes realizan la Milonga El Semillero con entrada libre y gratuita, que incluye la posibilidad de que cualquier persona se acerque a participar del baile, y del micrófono abierto. De esta manera, buscan recuperar los espacios populares del tango, y generar la oportunidad de escuchar y ver propuestas locales.

Transformación social

Respecto al origen y adecuación del tango a los momentos que atraviesa la sociedad, de los Santos afirmó que “fue evolucionando, como la cultura. Ha sido muy machista, con cuestiones de género muy marcadas, donde cada uno tenía su rol, pero ahora proponemos otra forma de bailar. El tango ha sido un reflejo de la vida y ahora nos propone caminar juntos, proponiendo la escucha, la espera”.

“Tratamos de reflexionar sobre esto, porque como caminamos la vida, caminamos el tango. Y ahora queremos fluir, esperar, respetarnos. Y, desde la técnica, es más nutritivo saber y entender ambas partes, reflexionar sobre las palabras que se usan, y aprender cosas nuevas”, desarrolló la referente.

Asimismo, destacó que esta propuesta de ‘tango disidente’, apela a la posibilidad de experimentar las diversas técnicas, sin el condicionante del género, por una decisión tomada desde el Centro Cultural de favorecer espacios construidos con perspectiva de género.

El tango y lo local

El proyecto del semillero, a partir de septiembre, será organizar milongas mensuales con entrada paga, con el objetivo de poder traer propuestas musicales y de danza profesionales, desde Buenos Aires y otros puntos del país.

“Soñamos con poder traer gente de buenos aires para enriquecer el bagaje cultural local, que es muy importante. Hoy en día, después de la pandemia, hubo un boom de milongas, pero el ambiente de tango es siempre el mismo, por eso pensamos en cómo hacerlo crecer, cómo acercarnos a la comunidad, ir a los barrios, hacer milongas en las plazas. Ver qué pisos disponibles hay en la ciudad e ir habilitándolos”, afirmó.

Para más información sobre la actividad, están disponibles las redes sociales del Centro Cultural La Esquina de Otto, y de El Semillero Tango.