Durante la sesión del miércoles 15 de junio en el Congreso de la Nación, el reclamo de las Bibliotecas Populares del país tuvo como respuesta la esperada prórroga por cincuenta años de las asignaciones específicas destinadas a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip).

El proyecto, presentado por el diputado José Pablo Carro, que Con 132 votos afirmativos, 5 negativos y 92 abstenciones, aprobó la prórroga de las asignaciones específicas que financian al Instituto Nacional de la Música (Inamu), Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Instituto Nacional de Teatro (INT), Radio y Televisión Argentina (RTA), Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), Conabip y la Defensoría del Público

El pedido de una prórroga surgió ante la posibilidad de que, en diciembre de 2022, entrara en vigencia la ley 27.432 que provocaría el recorte del presupuesto que subsidiaba este tipo de entidades, como así también radios y televisiones comunitarias, el cine, el teatro, y la música de todo el país.

“La situación actual de las bibliotecas populares, hoy es distinta. Estamos muy felices porque al final fue a favor”, contó la bibliotecaria de la Biblioteca Popular Daniel Aguirre, Carina Zabaloy: “Estos espacios son la suma de la cultura, uno de los que todavía tenemos gratuitos, donde podemos consultar todo lo que podemos, siendo o no socios, con acceso a todo público”.

Un reclamo colectivo

Durante los últimos meses, las más de mil doscientas bibliotecas populares Argentinas, en conjunto con representante de otras industrias culturales, se movilizaron a través de un petitorio por una cultura popular, federal, diversa e inclusiva.

En comunicación con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios, Zabaloy indicó: “El petitorio se lanzó con el objetivo de llegar a mucha gente. Desde las Federaciones de cada provincia se agradecía por la cantidad de firmas que hubo a nivel país, que fueron entregadas en el Congreso”

“Después de muchos años, las bibliotecas populares pudieron unirse, y unirse también con las demás instituciones culturales que estaban afectadas en esto. Yo creo que fuimos escuchadas”, afirmó.

No al Apagón Cultural

 Bajo la consigna de “No al Apagón Cultural”, el reclamo alcanzó a diferentes entidades y personas, y creció hasta convertirse en un mismo grito.

“El apagón cultural no nos implica solamente a nosotras, sino a la industria del cine, del teatro, hasta las radios comunitarias. Una cantidad de cosas que competen a la cultura que se veían perjudicadas si se recortaban estas asignaciones específicas”, explicó la referente.

Los fondos que se preservaron sirven para la compra de material bibliográfico, para realizar capacitaciones, para ofrecer talleres a la comunidad y para pagar o complementar el sueldo de los y las bibliotecarias, entre otras cosas.

“Ya por suerte no hay reclamo, son cincuenta años más, y esperamos que en ese plazo no vuelva a ser un tema desesperante como lo venía siendo”, puntualizó Zabaloy, y concluyó: “Esto pasó por Diputados, ahora falta Senadores, pero estamos positivos porque conocemos cómo viene la situación”.