Después de cuarenta años de carrera Steven Spielberg se asoma al género musical.   

En 1957, el modesto barrio neoyorquino de San Juan Hill está siendo demolido, mientras los Jets y los Sharks -dos de las bandas juveniles- siguen peleando por su  dominio entre los escombros.

Un ambiente poco propicio para al amor, aunque el romance entre Tony -ex miembro de los primeros- y María -hermana del líder de los segundos- parece contradecirlo.

El musical Amor sin barreras era una versión contemporánea de Romeo y Julieta con composiciones de Leonard Bernstein, que arrasó en los escenarios de Broadway desde su estreno y Robert Wise y Jerome Robbins llevaron al cine en 1961, que ganó 10 Oscars y se convirtió en un clásico.

Normalmente, eso cierra el círculo, pero en ocasiones un director o un estudio tienen el berretín de intentar una innecesaria remake, como el que le ha dado nada menos que a Steven Spielberg.

El resultado es bello, técnica, interpretativa – destacando el secundario de Rita Moreno, una de las revelaciones del primer film- , coreográfica y musicalmente, pero no deja de ser un ejercicio de estilo casi sin cambios.

El director lo dedica a su padre y evidentemente ha querido homenajear al viejo Hollywood en consonancia con sus quejas sobre el presente “FX dependiente” de la industria cinematográfica de su país, aunque él fue uno de los impulsores de la era de los efectos a mediados de los 70.  

Film que tuvo poca distribución y convocatoria y aun así fue incluido entre los 10 candidatos a la categoría mayor de los Oscar.

Ficha técnica/ Dirección: Steven Spielberg. Guion: Tony Kushner. Música:     Leonard Bernstein, David Newman. Fotografía: Janusz Kaminski. Intérpretes: Ansel Elgort, Rachel Zegler, Rita Moreno. Origen: USA, 2021.