El nuevo opus de Paul Thomas Anderson ha llegado a las salas precedido por su posible nominación a varios Oscar.

Licorice Pizza es una comedia coming-of-age ambientada durante el verano de 1973 en un suburbio de Los Ángeles,  lugar y momento con un protagonismo similar al que tenían en Había una vez en Hollywood (Quentin Tarantino; 2019).

Comienza el día en que al adolescente Gary Valentine le toman una foto para el anuario del colegio y se enamora de inmediato de Alana Kane, la asistente de 25 años del fotógrafo.

Ella no lo toma en serio, pero propias dificultades para darle un rumbo a su vida y la madurez del chico, los convierte en amigos y los lleva al juego de opuestos que adelanta el título.

Dos protagonistas con los que se empatiza fácilmente gracias al guion del propio director y al trabajo de los dos intérpretes debutantes: la cantante Alana Haim y Cooper Hoffman, hijo del fallecido Phillip Seymour Hoffman.

Pero la trama no se limita al posible romance, hay un desfile de personajes secundarios atractivos con sus correspondientes secuencias – la de Sean Penn como sosias de William Holden una de las mejores-; infinitas referencias al cine y la época, los planos secuencias y toques fantásticos que caracterizan al autor y una banda de sonido de lujo, con temas de Nina Simone, The Doors, David Bowie entre otros.

Anderson parte de ciertas vivencias de uno de sus amigos y de la nostalgia, pero más que un film generacional ha logrado reflejar las contradicciones del descubrimiento del primer amor.

Ficha técnica/ Dirección y guion: Paul Thomas Anderson. Música: Jonny Greenwood. Fotografía: Paul Thomas Anderson, Michael Bauman. Intérpretes: Alana Haim, Cooper Hoffman, Mary Elizabeth Ellis.  Origen: USA, Canadá- 2021. Calificación: Sólo apto mayores de 13 años.