A través de actividades artísticas y culturales buscan visibilizar y reflexionar sobre problemáticas sociales en un espacio abierto para todo público.

“Una vez que conformamos el grupo del Ateneo surgió la idea de armar un espacio cultural, que empezó a funcionar post pandemia”, explicó uno de los referentes del lugar, Lucas Pordomingo, quien además está en pleno armado del Ateneo Delia Parodi en el Club Altense.

Así, ante la necesidad de contar con un espacio físico para poder seguir creciendo, recordó: “Vamos al club desde chiquitos, por eso sabíamos que tenía unas instalaciones abandonadas por calle Buchardo. Así que hablamos con ellos, y les propusimos la idea de restaurar todo el lugar y armar un espacio cultural. Actualmente lo estamos por terminar”.

Si bien el proyecto se vio frenado por la pandemia, el compromiso y la labor no cesaron. “Sentimos la necesidad de colaborar. Por eso,  nos organizamos para cocinar. Pedimos donación de alimentos y, de esa manera, continuamos con el trabajo barrial, lo que también nos permitió reflexionar respecto a  distintas problemáticas transversales a toda la sociedad, a partir de dos ejes que nos propusimos abordar firmemente: género y medioambiente”, afirmó.

Un espacio abierto

Bien sabido es que la existencia de iniciativas como la que propone el Ateneo Delia Parodi le brindan un gran valor a la comunidad puntaltense. “El aporte que siempre tratamos de buscar es que haya voces distintas o nuevas de las que hay en Punta Alta. No apuntamos solamente a lo cultural en cuanto a lo artístico sino hacia algo más completo. Por ejemplo, hicimos talleres de masculinidad porque creemos que es una cuestión cultural que venimos arrastrando hace tiempo”, explicó.

En ese sentido, Pordomingo contó que las distintas propuestas surgen según las consideraciones que tienen como grupo. “Por ejemplo, el trabajo barrial se basó en las necesidades de la gente por la pandemia y en nuestras ganas de dar una mano. En cuanto a materia ambiental trabajamos el tema huerta. Cada cuestión la charlamos y debatimos; vemos cómo abordarla”, sostuvo.

Y, siguiendo esa línea, agregó: “Somos muchos y eso nos permite que podamos realizar diferentes actividades. Cada uno tiene la libertad de hacer lo que tenga ganas de hacer. Somos muy abiertos y tenemos prácticas horizontales, para que no haya una bajada de línea de ningún tipo. La idea es que todos se sientan parte desde el lado que quieran”.

Nota completa en la Edición N° 69 de Ecos Puntaltenses, producto de la Cooperativa de Trabajo Ecomedios tda. Todos los derechos compartidos