HBO recuperó a este famoso litigante de la literatura, el cine y la televisión del siglo pasado.

En 1933 el escritor estadounidense Erle Stanley Gardner editó la primera de 80 novelas protagonizadas por Perry Mason, un abogado defensor que resolvía complicados casos criminales en el mismísimo tribunal y se popularizó especialmente en la serie protagonizada por Raymond Burr entre 1957 y 1966. 

Esta nueva versión se aleja de aquel policial un tanto aséptico y a modo de precuela neo noir, presenta al personaje como un traumatizado veterano de la Primera Guerra Mundial, que trabaja como investigador privado en Los Ángeles de principios de la década del 30. 

Esta primera temporada de ocho capítulos abre con unos padres desesperados, que entregan un rescate de 100 mil dólares a los secuestradores de su bebé y reciben a cambio su pequeño cadáver con los párpados cosidos. 

Secuencia cruda – entre muchas otras-, a partir de la cual se entrecruzan las dos líneas principales de relato: la que apunta a la resolución del asesinato horrible y la que sigue la historia personal de Mason. Sostenidas ambas por secundarios estupendamente delineados y por una atmósfera oscura como requiere el género y la época marcada por la depresión económica y las desigualdades sociales, haciendo eco en la presente.

Conjunto articulado por un guion preciso con alusiones sutiles a personajes reales – como  Fatty Arbucle o Aimee Semple McPherson- , que si cae en demasiada corrección política y en un tempo lento, lo compensa sobradamente con varias secuencias impactantes en cada capítulo y un elenco comprometido, encabezado por el irlandés  Matthew Rhys.

Ficha técnica. Dirección: Timothy Van Patten, Deniz Gamze Ergüven. Fotografía: Darran Tiernan, David Franco. Música: Terence Blanchard. Intérpretes: Matthew Rhys, Juliet Rylance,  Chris Chalk, Tatiana Maslany. Origen: USA; 2020.