Se realizó el I Encuentro Federal de Cooperativas Culturales y desde la organización del evento adelantaron parte del informe sobre las mesas de trabajo que se hicieron, un mapeo de los conflictos y las propuestas en el área.

El último fin de semana de noviembre se realizó de manera virtual el I Encuentro Federal de Cooperativas Culturales. Con una dinámica de mesas de trabajo regionales se expusieron los principales conflictos que atañen al sector y con la transversalidad de los principios de la economía social.

El Portal de la Cooperativas habló con Francisco “Corcho” Benítez, referente chaqueño en la materia tras varios años a la cabeza del Centro Cultural Alternativo (Ce.Cu.Al) y uno de los coordinadores de la red que se armó para organizar el encuentro.

La jornada contó con la participación de 70 cooperativas de 17 provincias, y hubo 200 personas inscriptas, con la base de pensar el trabajo cultural de forma amplia en tanto educación, medios de comunicación social y arte. También participaron funcionarios del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) y de Industrias Culturales.

Benítez destacó la diversidad de trabajo de las tres organizaciones que participaron por Chaco la Cooperativa de Provisión de Servicios Artísticos, Culturales y Educativos Grupo Teatral Siglo 21 de Charata Limitada, la Sala 88 Cooperativa Limitada de Provisión de Servicios Artísticos, Culturales y Educativos y la Cooperativa de Trabajo y Consumo Inimbo Limitada.

La situación “es muy compleja y con gran incertidumbre sobre la proyección a futuro”, remarcó Benítez, “sobre todo porque estas Cooperativas están ubicadas en el sector cultural, que es uno de los más perjudicados: fue uno de los primeros en interrumpir su trabajo y, por sus características, las Cooperativas artísticas posiblemente sean las últimas en abrir”. Señaló que el conflicto es amplio y abarca las finanzas, la producción, y hasta la administración de las mismas. “En este contexto (de crisis sanitaria y distanciamiento social) todo es más difícil”, añadió.

Fue reiterativo en el hecho de que “estamos en un contexto de resistencias, de tratar de sobrellevar la situación” y comentó sobre la dedicación común en adaptarse al desarrollo de contenidos virtuales. “Hay ahí un trabajo en la inculpación de tecnologías y nuevas plataformas dentro de las cooperativas que es también una necesidad y un déficit que se detectó”, afirmó.

Benítez destacó que algunas han recibido este año algunos beneficios, entre las treatrales y otras de desarrollo más comunitario, como de políticas públicas nacionales. “Ha habido”, dentro del Estado nacional sobre todo y, en menor medida en los Estados provinciales, “algún tipo de acompañamiento para el sostenimientos de las salas”, dijo.

Los conflictos regionales y, en consonancia con el resto de las organizaciones, giraron en torno la necesidad de generar justamente más líneas de financiamiento específicas para las Cooperativas. Además, agilizar frente a organismos la obtención de matrículas y pensar estrategias de cómo se costean los balances finales en términos contables.

A niveles más estructurales, se planteó la necesidad de visibilidad del movimiento cooperativo dentro de la cultura, “lo diverso que es, también la necesidad de cambiar la imagen que se tiene de la Cooperativas”, comentó”.

Fue bastante concluyente la idea de que el cooperativismo está asociado algo precario, informal, como una forma de organización menor, cuando claramente el movimiento cooperativo cree que no sólo es un sector marginal de la economía social, sino también, en este contexto, está condiciones de ser un protagonista importante en para pensar nuevas relaciones. El solo hecho de pensar el cooperativismo ya es un aporte cultural”, definió. En momento de crisis sanitaria y económica “las cooperativas pueden ser una respuesta importante para pensar otras economías, otro vínculo para el desarrollo cultural”, agregó.

Sobre las propuestas y conclusiones, Benítez resumió que se centraron en generar mayores vínculos entre Cooperativas de todo el país, así como un señalamiento sobre esa falta de generación de relaciones más estrechas a nivel regional y nacional. Se habló de la conformación de un mapeo sobre el sector y de una federación de Cooperativas culturales para tener mayor representatividad a nivel nacional en materia de la cultura.

Además, se impulsó la idea de hacer circuitos de mercado cooperativo, donde puedan generar intercambios, así como un corredor cultural entre empresas de la economía social. Pensar en la agilización administrativa y en la instancia de formación y capacitación en diferentes áreas indispensables, y ver a las Cooperativas “como formadoras de otras, y poner en valor esos conocimientos”. Por último, se concordó hacer instancias de visibilidad a través de medios de comunicación.