El contexto de pandemia movilizó las intenciones de reorganizar el trabajo y los proyectos para satisfacer necesidades básicas, en un mercado detenido por el Covid-19.

“Siguiendo una línea histórica, a más problemas, a más inconvenientes, aparece esta herramienta que es el cooperativismo”, afirmó el titular del Ente Municipal de Acción Cooperativa (EMAC) de la Municipalidad de Bahía Blanca, Oreste Retta, en declaraciones a El Portal de las Cooperativas.

Los rubros más impulsados se concentran en las cooperativas de trabajo, principalmente las vinculadas a los servicios de construcción. En tanto, las siguientes consultas corresponden a la organización de cooperativas de viviendas, también de costureras y gastronómicas. Se suman las cooperativas de mensajerías, después que se derogaran las restricciones para su constitución por el servicio que brindan.

En conjunto con la oficina local de la provincia de Buenos Aires, el EMAC asesora estas intenciones y, además, hace ejercicio de la certificación de firmas, facultad cedida por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES). “El resultado es más de 20 trámites y 17 nuevas cooperativas que va tener la ciudad”, apuntó Retta.

“El cooperativismo es mística y es ‘mástica’, cuando se constituye la cooperativa se construye una herramienta, después hay que usarla”. Este tipo de organización permite el acceso a beneficios y programas impulsados por el Estado, para su permanencia y crecimiento.

Al momento de destacar sitios geográficos identificados con el cooperativismo, Retta remarcó la impronta de los países nórdicos, que “ostentan el título de ser más justos y solidarios y tienen una impronta muy amplia de la economía social, queda demostrado que estas formas son las que mejor se desarrollan en la comunidad y son las más equitativas entre sus miembros”.