El 26 de agosto de 1970 mediante resolución ministerial y del Comando en Jefe de la Armada Argentina n° 755, inicia su gestión el  Museo Histórico de la Infantería de Marina Baterías.

El propósito de su creación es reunir en un mismo espacio el acervo que resignifica y pondera el carácter identitario de la historia de la Infantería de Marina desde 1879.

En 1961 y posterior a la declaración del  monumento histórico nacional IV batería, surge la necesidad de crear un espacio de exposición permanente abocado a la reconstrucción y resignificación de la historia de la infantería de marina, tomando como punto de partida la creación del Cuerpo de Artillería de la Armada, actual Infantería de Marina.

A partir del año 2000 comienza su traslado al edificio sobre la avenida principal Héroes de Malvinas, construido en 1929 para residencia del segundo comandante de esta guarnición. Con motivo de preservar su fachada y su historia, ya a partir del año 2002 este edificio se constituyó en el asiento permanente del museo histórico de la Infantería de Marina.  

Actualmente, el museo se divide en dos áreas claramente definidas por su función. Una, de servicios pedagógicos que incluye la sala de conferencias y la biblioteca histórica. Está dedicado a la programación y organización de talleres participativos y de audiovisuales, mesas de trabajo, trabajos de investigación y otras actividades de carácter comunicacional y educativo. Luego, se encuentra el área de exposición permanente con diez salas, dos sectores y un hall central cuyo guión permite conocer, valorar y resignificar la historia de la Infantería de Marina desde sus inicios.

Allí, se pueden apreciar cinco salas dedicadas a la temática de la guerra de Malvinas de 1982 donde se exponen fotografías, armamento, uniformes y otros elementos utilizados por los infantes de marina durante el conflicto del atlántico sur, junto con material inglés capturado durante la recuperación de Malvinas el 2 de abril. 

La institución cultural recibe anualmente más de  cinco mil visitantes. Entre ellos visitas oficiales, del ámbito educativo desde el nivel inicial hasta el nivel universitario, y público en general. A pesar de la pandemia, y el aislamiento social, preventivo y obligatorio necesario, se realizaron tareas de acondicionamiento, control de plagas y verificaciones técnicas, que permiten el cuidado del lugar.

Nota completa en la edición N° 52 de Ecos Puntaltenses