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Dado que el telgopor puede demorar “entre 100 y 1.000 años en reducirse a mínimas partículas”, la Cooperativa de Trabajo Creando Conciencia Ltda. desarrolló el proceso para convertir ese material en útiles escolares.
La cooperativa Creando Conciencia, ubicada en la localidad de Benavídez, lanzó una primera línea de útiles escolares realizados a partir del reciclado del telgopor, uno de los materiales que produce un gran daño ambiental, ya que puede tardar entre 100 y 1.000 años en degradarse.
El set está formado por una regla, una escuadra (de 45 y 60 grados), un transportador y una paleta de pinturas. La regla, puntualmente, ofrece un diseño innovador, ya que se puede utilizar también como compás y tiene un borde ondulado aplicable a marcaciones decorativas.
“El nuevo emprendimiento resume de manera perfecta lo que hace y a lo que apunta Creando Conciencia, ya que separamos, reciclamos, transformamos y vendemos, apuntando al cuidado del medio ambiente y al mismo tiempo a la inserción social y la inclusión de mas personas en el sistema”, señaló Noelia Segovia, presidenta de esta Cooperativa conformada por ex cartoneros.
La línea de productos escolares fue ideada por el diseñador industrial Facundo Spataro, quien se desempeña como profesor en la carrera de diseño industrial de la UBA y en las escuelas ORT. Además, es socio fundador de Zumdisegno y llevó a cabo proyectos –tanto en diseño como producción y comercialización- para varias empresas.
El proceso para convertir el telgopor en útiles comienza con la recolección y la separación del material. Luego, se le quita el aire –achicándose en una proporción de 10 a 1- y se muele. Más tarde, se extruda y, por último, se inyecta en matrices diseñadas específicamente para generar las populares herramientas escolares.
La importancia del reciclado
El telgopor entra en la categoría 6 de tipo de plástico, en cuanto a su grado de contaminación ambiental, y puede demorar entre 100 y 1000 años en degradarse. A su vez, por su bajo peso resulta poco redituable para la venta. Es por eso que su reutilización trae dos ventajas: por un lado, se usa lo que ya existe para evitar que contamine: y, por otro, se desalienta la generación de material nuevo.
Como el tamaño del telgopor se reduce de manera exponencial, se requiere de grandes volúmenes para obtener el poliestireno con el que se fabrican los útiles escolares. Por eso, Creando Conciencia lanzó una campaña llamada «Telgopor + útil», en la que se convoca a la comunidad a acercar este material a la sede de la cooperativa, situada en Sebastián Elcano 1262, en Benavídez (Provincia de Buenos Aires).
Fuente: El Portal de las Cooperativas.
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