Consejero de buenos momentos
Bruno Zani, sommelier 2

En homenaje a la creación de la Asociación de la Sommellerie Internacional (ASI) en el año 1969 en Francia, cada 3 de junio se celebra el Día Internacional del Sommelier. En la ciudad de Bahía Blanca, Bruno Zani se ha convertido en un portavoz del mundo del vino y el aprovechamiento de sus bondades.

En el marco de un negocio familiar, que abrió en enero de 2012, impulsado por la idea de vender algo que les gustara, y por sus conocimientos y formación en periodismo, fue que Bruno se involucró con la profesión. Sommelier desde 2018, la actividad le permitió unir, en una ecuación perfecta, sus dos pasiones: la comunicación y el gusto por el vino. 

“Ser sommelier es ser comunicador del mundo del vino y de las bebidas. Ahí hay que hacer una diferenciación, ya que también mucha gente lo confunde con el enólogo. El enólogo es quien hace el vino, el creador, y los sommelieres somos quienes lo comunicamos. La función del sommelier es hacer de nexo entre la bodega y las vinotecas, con los consumidores”, comenzó.

Egresado de la Escuela Argentina de Vinos de Buenos Aires, carrera que dura tres años, continúa especializándose constantemente. “Siempre salen cosas nuevas y hay que estar muy activo en ese sentido. Y el periodismo me dio muchas herramientas para aplicar a esta profesión. Por ejemplo, me permitió simplificar, resumir, bajar al llano toda la información y estar un poco más cerca del público, del consumidor final”, contó.

Conocer sobre vinos permite vivir la experiencia del consumo de manera diferente. “Si bien uno simplemente ve una botella o el vino servido en una copa, atrás de eso hay historia y geografía, entre otras materias, y relatos muy apasionantes, de familias, de varias generaciones, que hoy son las propietarias de las bodegas. Son empresas, pero muchas han comenzado con historias de los inmigrantes. Es súper apasionante”, afirmó.  

Costumbres argentinas

El Malbec es la cepa insignia del país: el más consumido y el más plantado. En Bahía Blanca, particularmente, hay pequeñas producciones artesanales de vino, tanto de plantaciones de uva propias como traídas de otros lados. Además, en la actualidad, la gente está más predispuesta a probar nuevas variedades, que en realidad no lo son pero recién son descubiertas por varios consumidores, como el Cabernet franc y el Pinot noir.

“En la ciudad podemos destacar que hay muchas vinotecas. Cada vez se abren más. Y eso está bueno porque los vecinos pueden contar con recomendaciones y orientación, y entrar en confianza con quien los atiende, para animarse a probar cosas nuevas. Hay un cambio en el consumo en cuanto a volcarse a otras variedades”, sostuvo, en diálogo con El Digital de Bahía.

Respecto a su propio gusto: “Creo que hay un vino para cada momento y que ese es el gran desafío de los sommelieres: orientar a la gente para que viva sus propias experiencias. Me gusta muchísimo comparar a los vinos con las personas. Por ejemplo, comenzar a tomarlo es como arrancar una relación personal con una persona. Te tenés que ir conociendo. No cerrarle la puerta de una”, dijo.  

En definitiva, ingresar al mundo del vino invita a abrirse para que toda experiencia sea lo más agradable posible. “Los sommelieres comunicamos sobre el consumo de bebidas alcohólicas, por lo que siempre es importante agregar que hay que hacerlo de forma responsable, siempre en la medida justa, porque ninguna vivencia en exceso termina de buena manera”, finalizó.

Los y las interesadas en hacerle consultas o por más información, pueden visitar su Instagram o visitarlo en la vinoteca, ubicada en Roca 97.

Categoría: PATRIMONIO
2024-06-12 14:37:08
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